Las computadoras son herramientas útiles, pero también podrían ser adictivas. Muchos niños tienen el problema de pasar demasiado tiempo jugando en la computadora, lo que puede ser desconcertante para ti como padre. La adicción a los juegos electrónicos es casi tan poderosa como la adicción a las drogas, el uso excesivo de la computadora por parte de tu hijo podría dar como resultado problemas más serios posteriormente. Ayuda a tu hijo a superar su propia adicción estableciendo límites y reglas en el uso de la computadora, en los hábitos de su vida diaria, hablando con él y ayudándolo a encontrar actividades alternativas como por ejemplo el PING PONG.

Hoy, casi todos los niños juegan videojuegos de una forma u otra. Estos juegos se juegan en computadoras, PlayStation, Nintendo, consola de juegos, celulares, tablets, la fascinación por los entretenimientos electrónicos es casi tan popular entre las niñas como entre los niños.

Síntomas y malos efectos de la adicción a los videojuegos.

Aunque la existencia de la adicción a los videojuegos como enfermedad aún no está establecida en la comunidad científica, se ha observado que incluso el juego excesivo de videojuegos tiene graves efectos negativos en muchos niños. Estos son algunos de los malos efectos de la adicción a los videojuegos:

Comportamiento obsesivo: siempre preocupado por volver al juego y mostrar un comportamiento irritable, inquieto y agresivo cuando no está jugando.

Falta de sueño: los niños que juegan en exceso lo hacen hasta altas horas de la madrugada. Esto da como resultado la falta de sueño, que es más dañina para las mentes que aún se están desarrollando. Cuando tienen escuela al día siguiente, afecta su atención y aprendizaje. Su falta de sueño también les provoca dolores de cabeza y fatiga durante todo el día.

Falta de ejercicio físico: también los niños que juegan en exceso hacen menos ejercicio, si es que lo hacen. Esto ocasiona otros problemas de salud, además de perder la oportunidad de desarrollar el cerebro ya que el ejercicio es bueno para el cerebro.

Otros problemas físicos: el uso excesivo del mouse o controlador puede conducir al síndrome del túnel carpiano. Otros se quejan de ojos secos, dolores de cabeza por migraña y dolores de espalda. Otros jugadores también descuidan su higiene.

Aislamiento social: el juego excesivo les quita tiempo a los niños para interactuar con familiares y amigos. Estar aislado la mayor parte del tiempo priva a un niño de desarrollar habilidades sociales que podría aprender de salir con amigos. Aunque los juegos en línea son principalmente sociales, las habilidades que los niños pueden aprender son muy limitadas porque no son interacciones cara a cara.

Tener el juego como su único enfoque en la vida: un niño puede estar tan obsesionado con el juego que solo está motivado por él, habla de él todo el tiempo y la mayor parte de su pensamiento se centra en jugar.

Descuido de las actividades y responsabilidades del colegio: debido a los juegos, algunos niños faltan a la escuela para jugar, no hacen la tarea, obtienen malas calificaciones en el colegio.

Falta de interés en la lectura y otros pasatiempos que tienen un beneficio educativo: cuando un niño juega en exceso, está menos interesado en otros pasatiempos que lo hacen desarrollar intelectualmente, como leer una variedad de libros y participar en actividades creativas u otras habilidades que necesitaría en el futuro.

Escapar de los problemas de la vida en lugar de enfrentarlos: algunos niños que llevan vidas estresantes encuentran escape en el mundo imaginario de un juego. Al escapar, se impide que los niños enfrenten sus problemas y encuentren soluciones, lo cual es una habilidad importante de la vida para desarrollar cuando son jóvenes.

Irritabilidad, depresión y molestia cuando no puede jugar: la privación del tiempo de juego para algunos niños los hace reaccionar y se emociona al no poder jugar. Una minoría muy pequeña experimenta síntomas de abstinencia como sudores fríos y enojo; desarrollar migrañas y problemas de espalda y, a veces, incluso la muerte.

Sentirse culpable por perder el tiempo que podría haberse gastado en hacer algo productivo: por supuesto, no se pierde el tiempo jugando juegos si uno lo disfruta y lo hace con moderación, pero cuando los niños hacen esto en exceso, pueden arrepentirse de no haber hecho otra cosa. En el futuro, pueden darse cuenta de que han perdido tiempo y oportunidades, y esto podría llevar a lamentar y sentirse culpable.

Ser engañoso: los juegos excesivos pueden hacer que un niño sea deshonesto o engañoso (MENTIROSO) con sus padres sobre el tiempo dedicado a los videojuegos. En algunos casos, incluso pueden robar videojuegos físicos o dinero para gastar en juegos. Esto podría conducir a serios problemas personales.

Disminución de la higiene personal en casos graves.

Además, las personas que tienen otros trastornos psiquiátricos como la depresión, la ansiedad y el TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad) tienen un mayor riesgo de trastornos del juego.